Las redes sociales han dejado de ser únicamente un espacio para compartir momentos personales: se han convertido en una herramienta omnipresente en nuestra vida diaria. Desde el acceso a la información hasta la forma en que nos comunicamos, estas plataformas influyen profundamente en nuestros procesos cognitivos. Frente a esta transformación, surge una pregunta crucial:
¿El uso de redes sociales impacta positiva o negativamente en nuestra inteligencia?
Sucesos recientes que invitan a la reflexión
1. Las redes sociales superan a la televisión como principal fuente de noticias.
Según el Reuters Institute, más del 54 % de los adultos en Estados Unidos ahora recibe sus noticias principalmente a través de plataformas sociales como Facebook, Instagram o TikTok, superando por primera vez a los medios tradicionales como la televisión. Esta tendencia refleja un cambio profundo en cómo consumimos y procesamos la información pública.
2. Investigaciones del MIT alertan sobre el uso excesivo de herramientas digitales.
Un estudio reciente del MIT Media Lab encontró que el uso continuo de inteligencia artificial generativa y redes sociales puede reducir la actividad cerebral en regiones relacionadas con la creatividad, el razonamiento y la memoria. En contextos académicos, los estudiantes que utilizaron herramientas digitales para resolver tareas mostraron un menor compromiso cognitivo que aquellos que trabajaron sin asistencia tecnológica.
Redes sociales: entre el estímulo y la distracción
Hoy más que nunca, plataformas como X (antes Twitter), Instagram, YouTube o TikTok actúan como portales de acceso inmediato a conocimientos científicos, artísticos y tecnológicos. Sin embargo, esta misma disponibilidad puede promover dinámicas que debilitan la atención sostenida, fomentan el consumo pasivo de contenidos y fragmentan la comprensión profunda.
Estudios científicos han mostrado que si bien el coeficiente intelectual (IQ) no se ve directamente afectado por el uso de redes sociales, sí hay evidencia de alteraciones en funciones cognitivas esenciales como la memoria de trabajo, la concentración y el pensamiento crítico.
Usos constructivos vs. usos automáticos
El efecto de las redes sociales en la mente depende del modo en que se utilicen. A continuación, se exponen algunos hallazgos respaldados por investigaciones recientes:
Beneficios potenciales del uso reflexivo:
- Fomento del aprendizaje autodirigido y la curiosidad intelectual.
- Estimulación de habilidades visuales, lingüísticas y colaborativas.
- Acceso democrático al conocimiento especializado.
- Conexión con comunidades de pensamiento crítico y conocimiento compartido.
Riesgos del consumo automatizado:
- Reducción en la capacidad de atención prolongada y lectura profunda.
- Dependencia del refuerzo inmediato y pérdida de la autorregulación cognitiva.
- Mayor vulnerabilidad a la desinformación y pensamiento polarizado.
- Saturación mental por exceso de estímulos fragmentados.
Inteligencia: más allá del IQ
La inteligencia no es un parámetro estático ni exclusivo del resultado de una prueba. Engloba capacidades como el juicio, la capacidad de análisis, la memoria, la creatividad y la resolución de problemas. Las redes sociales, como cualquier herramienta tecnológica, no son intrínsecamente buenas o malas: su impacto depende del criterio con el que se integren en nuestra vida cotidiana.
La postura de Mensa México
En Mensa promovemos una visión integral de la inteligencia. Reconocemos que no basta con tener un alto IQ: también es necesario cultivar el pensamiento profundo, el juicio crítico y la responsabilidad informativa. En un entorno digital saturado de estímulos, estos atributos se vuelven más relevantes que nunca.
La reflexión constante sobre cómo usamos la tecnología y hacia dónde dirigimos nuestra atención es un componente clave del desarrollo intelectual contemporáneo.
Conclusión
Las redes sociales no incrementan ni disminuyen el IQ de manera directa, pero sí moldean aspectos fundamentales de nuestra cognición. Cuando se utilizan de forma crítica y estratégica, pueden ser una extensión valiosa de nuestras capacidades mentales. En cambio, su uso impulsivo o acrítico puede erosionar la atención, la concentración y la profundidad intelectual.
La inteligencia, entendida como la capacidad de adaptarse, aprender y generar valor, requiere más que acceso a información: exige también discernimiento, reflexión y propósito.
Referencias
- Reuters Institute Digital News Report 2024. Oxford University.
- MIT Media Lab. “The Neural Cost of Digital Assistance.” 2023.
- Bashir et al. (2022). “The effect of Instagram usage on academic performance.” International Journal of Educational Psychology.
Chiossi, M. et al. (2023). “Short-form video consumption and its impact on prospective memory.” Journal of Cognitive Research.